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sábado, 29 de noviembre de 2008

Sobre la Atlántida



Las estelas cántabras de Barros y la de Lombera puede que representen la Atlántida. En nuestro logo de "La Oca en el Océano" la estela cántabra está ahí con tal intención.

Y a todo eso, hemos encontrado un texto que consideramos muy acertado. A excepción, eso sí, de la cronología con la que discrepamos abiertamente pues, para nosotros, el cataclismo de la Atlántida es coincidente con el Diluvio recogido por más de 500 narraciones en todo el mundo (entre ellas la Biblia) y es coincidente con la desglaciación (para la ciencia paulatina y para nosotros repentina) que acabó con el mundo paleolítico.
El cientifismo a ultranza que nos ha invadido desde hace décadas es algo que nos impide ver la realidad histórica: desde la teoría de la evolución convertido en dogma de la evolución, hasta el empecinamiento en negar y ridiculizar todo lo que los textos antiguos nos puedan narrar (desde el tubalismo hasta el diluvio pasando por las leyendas, mitos o por el mismo Platón) es algo cargante, ni que sea por la soberbia con la que se acostumbra a acompañar cualquier opinión... perdón, pontificación.

Bueno, pues, hala. Ahí va el texto citado. Un saludo, Mac Greinan.
Una respuesta en un foro...

"Robert dijo
Siguiendo la misma línea de los artículos del Pez (Armentia) y Cia, es uno de los artículos más falaces jamás escrito sobre la Atlántida. Está
plagado de falacias revestidas de cientificismo que avergozarían a cualquier científico realmente comprometido, de vocación verdadera. Para empezar, eso de que: "No hay referencias a la Atlántida anteriores y todas las posteriores se basan en lo que escribió el filósofo griego, cuyo discípulo Aristóteles creía que se trataba de una ficción poética de su maestro." Cita o asunto que tanto traen los seudoescépticos y fundacientíficos como una de las principales pruebas en contra de la Atlántida no es más que una de las mayores falacias (o mejor dicho, engaño) perpetradas por los escépticos antiatlantistas y antiplatónicos. No existe ni un solo testimonio escrito atribuido a Aristóteles, es decir, en su corpus (ni siquiera en los pseudoaristotélicos o apócrifos) donde se pueda leer nada ni remotamente parecido a una duda siquiera sobre el asunto de la Atlántida. Al parecer, Aristóteles jamás habló de la Atlántida, y si lo hizo, no se ha conservado ni una sola cita. No sé como es que no sienten ni la más mínima vergüenza de repetir como loros tantas mentiras. Veamos dos tremendas falacias juntas en un mismo párrafo:"El problema, indica García i Rubert, no es sólo que no haya ningún texto sobre la Atlántida en culturas como la egipcia y las mesopotámicas -"que acostumbraban a registrar casi todo"-, sino que además la precisión cronológica de que hacían gala los egipcios invalida la posibilidad de un error de esa magnitud."Al parecer García i Rubert no sabe que en realidad no existen en los textos egipcios y mesopotámicos mención a la mayoría de las civilizaciones de la antigüedad, o sea, al revés de lo que da a entender, la norma en realidad es que en los textos egipcios y mesopotámicos, incluso en los hititas, son mencionados unos pocos pueblos, casi todos los mismos, relacionados con las batallas o trifurcas que tuvieron estas naciones, todos los demás, es decir, la inmensa mayoría de los pueblos, ciudades y civilizaciones del Mediterráneo no son mencionados ni de pasada siquiera, y en cuanto a la precisión cronológica, hace ya más de siete años que se demostró que en ningún momento Platón fija el final de Atlantis en el 9000 antes de Solón (o 11560 a.C.) sino en los tiempos del Bronce Final (alrededor del 1300 a.C.) como ha sido demostrado por una cita que había pasado inadvertida a todos estos sesudos antiatlantistas y que se hallaba justamente en el mismo Critias; en dicho diálogo se precisa que fue en los tiempos en que reinaban los reyes atenienses Cécrope II, Erecteo, Erisictón o Eresictón y Erictonio, y antes de los tiempos de Teseo, según reza en el Critias (110a-110b). Esta época se corresponde aproximadamente con finales de la Edad del Bronce y principios de la Edad del Hierro, ya que según las antiguas cronologías recogidas desde la antigüedad clásica, la misma se ubica entre el 1582 y el 1300 a.C. Esto como era de esperar (y esto siempre duele mucho) lo descubrió una amateur no un sesudo científico catedrático de nada. De hecho, la cifra de los 9000 solamente se usa para hablar de la antigüedad de la civilización de Atlantis, es decir, de la fecha de sus origenes, no de su final cuando se econtraban en guerra con los atenienses.Y esta es una asquerosa falacia: "Los pseudoarqueólogos son muchas veces falsificadores", coincide Juan Eslava Galán, quien no se cree "casi nada" respecto a sorprendentes hallazgos submarinos. "Se ha hablado muchas veces de muros y construcciones subacuáticas que son sólo formaciones naturales con apariencia artificial".Resulta que lo que se está demostrando precisamente es lo contrario, que son los científicos "académicos", abanderados de la "Ciencia Oficial", los que realmente falsifican hasta citas clásicas que nunca existieron y las ponen en bicas de grandes filósofosos (como Arsitóteles) para otorgarles autoridad y credibilidad). Por otra parte, el Sr. Eslava Galán se llena la boca, pero en realidad nunca se ha interesado por verificar las últimos descubrimientos realizados en el verano del 2003 y que fueron presentados oficialmente mediante informes arqueológicos incluso ante la UNESCO.Y esto último ya es el colmo del seudocientifismo mas absurdo:"En ningún lado se ha encontrado ni se encontrará algo parecido a lo que dice Platón, sentencia García i Rubert. Pero sólo el nombre de la Atlántida ya vende".Primero, el Sabelotodo Sr. García i Rubert no tiene (ni puede tener) el control absoluto de todo lo que se haya descubierto a nivel mundial, y segundo él no es Dios ni Cronos (Señor del Tiempo) para poder afirmar con con esa soberbia seguridad que jamás aparecerá algo parecido a lo que dice Platón, cuando resulta que ya hace algunos años que aquí mismo en la península ibérica han aparecido varias cosas (ciudades concéntricas incluidas) no solo parecidas a lo que dice Platón sino casi idénticas hasta en la medidas, planta y esquemas arquitectónico, y todo ello excavado y confirmado por la propia arqueología, que al parecer el sabio Sr. garcía i Rubert desconoce por completo. Estos son nuestros maestros y científicos, estos son los que se creen con el derecho de decidir que se escribe y que no, que se dice y que no se debe decir sobre la Atlántida y sobre todos los enigmas de nuestro pasado.Señores investiguen, confirmen los datos, vayan a las fuentes primarias y de paso aprendan a leer un poquito de griego y latín, egipcio y otras lenguas antiguas, y después veamos que milonga os atrevéis a contarnos.
Saludos,
MacGreinan"













Las estelas cántabras de Barros y la de Lombera, con sus tres círculos hendidos, podrían representar la Atlántida. Como decíamos, el logo de "La Oca en el Océano" luce la estela cántabra con tal intención.


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jueves, 30 de octubre de 2008

Un poco de verde apaisado para relajar y un artículo sobre el Abad Oliba, sobre monasterios, leys o líneas rectas, cruces celtas y otras cosas...

Cuixà- Ripoll- Montserrat
EL ABAD OLIBA
Pervivencias de un mundo perdido en los monasterios medievales (971 – 1046)


Hijo del conde de Cerdanya Oliba Cabreta. Conde de Besalú i Cerdanya, abad de Ripoll i Cuixà (1008-46) y obispo de Vic (1018-46). Fundó el monasterio de Montserrat, priorato del cual sería superior.
Los escritos de los antiguos y los restos arqueológicos no llegan a disipar las brumas que ocultan los orígenes profundos de nuestra civilización occidental. Por el escritor romano Estrabón sabemos de danzas populares celebradas en ciertas épocas del año a la entrada de cavernas sagradas y, siglos después, encontramos documentado que el obispo encabezaba danzas sacras ante la catedral de Chartres. En tiempos medievales, la memoria popular retenía gran parte del legado ancestral que hoy se ha perdido o tan sólo entrevemos. Alrededor del año mil convivían más y más vivas costumbres paganas como la Fiesta de Maya. Mucha de la toponimia reflejaba sin añadidos o cambios su sentido primario, multitud de puntos sagrados conservaban la forma de veneración ancestral en lugar del templo románico que pronto iba a construirse en su lugar, muchas fuentes sagradas conservaban su sentido primario. Antiguos dioses con un “san” añadido a su nombre secular, veían como su identidad era sustituida por la de un supuesto mártir. Tamizado en mayor o menor intensidad, un saber antiguo se transmitió como un conocimiento las más de las veces hermético a través de la nueva religión cristiana que se imponía: un ocasional factor de evolución frente al de revolución e incluso al mismo de imposición. La equiparación cristiana del “Hijo de Dios” con “el Padre” y “su Espíritu” no era un factor extraño : la Trinidad era la expresión de las distintas vertientes de la divinidad sometidas al Todo; el hijo del hombre deviene Hijo de Dios por la elevación de su espíritu, los mortales acceden a la divinidad en cierto modo a semejanza de los antiguos dioses. La religión y la cultura cristiana es heredera en parte de un mundo previo. La Virgen María es “Nuestra Señora” y tiene el sentido de la “Gran Madre” de la antigua religión: Maia, Mari, María. Con el cristianismo un acervo se perdía en occidente mientras otro permanecía en una misma Iglesia que progresivamente se empeñaría en ocultar, ignorar e incluso combatir parte de los verdaderos orígenes de la sociedad en la que se implantaba.
LOS MONASTERIOS
Sin embargo, en el siglo VIII, una forma de espiritualidad radicalmente monoteísta conquistaba la práctica totalidad de la Península Ibérica y penetraba en la Galia; una religión que representaba una total fractura con el reconocimiento de las diversas facetas en la divinidad, una religión que representaba la negación del Hijo de Dios. El Islam, una creencia similar a la del ya antes existente y derrotado arrianismo, avanzaba victorioso. En la invasión musulmana muchos hispano-visigodos arrianos veían vengada por la acción de sus allegados ideológicos árabes la derrota inflingida por Recaredo poco más de un siglo antes; algo que explicaría el misterio de la insólita - por rápida - conquista de la mayor parte del suelo peninsular y de la Septimania: un segmento de la nobleza estaría con ella.
Se daba una vuelta de tuerca en el concepto del monoteísmo que amenazaba con desarraigar a Europa.
Tras la victoria de Carlos Martell en Poitiers en el 732, los francos habían reconquistado en el 768 toda la Septimania mientras las tropas musulmanas retrocedían al sur de los Pirineos. La parte de la cordillera antes ocupada volvería así a formar parte de un mundo espiritual más próximo a lo que de antiguo había sido. A sus pies se extendían las ancestrales Hispania y Galia, territorios en las que unos nuevos señores se establecían: los condes francos. Nacía la Marca Hispánica, embrión de la actual Cataluña. Ya en tiempos visigóticos se habían construido algunos monasterios a semejanza de las primitivas lauras orientales de San Pancomio y San Jerónimo, establecimientos monásticos como Sant Cugat, Gerri o St. Pere de Roda situados en zona reconquistada superaban el difícil período de dominación musulmana y continuaban su devenir histórico. Mientras, nuevos cenobios eran creados siguiendo el avance franco y se multiplicaban a un lado y otro de los Pirineos. El monasterio constituía un importantísimo elemento de la fe restablecida al tiempo que un factor de repoblación y afianzamiento del territorio. La regla benedictina organizaba con eficiencia la vida monacal. La orden creada por San Benito de Nursia, muy afecta al poder franco desde el momento en que Carlomagno la tomara bajo su protección, ocupaba progresivamente tanto los monasterios nuevos como los existentes bajo el poder visigodo. Los benedictinos quedaban como herederos en parte (también en parte como destructores de esa heredad) de un conocimiento anterior, como depositarios de la antigua cultura occidental.
EL ABAD OLIBA
En los Pirineos, el culto en los bosques, cuevas o megalitos daba paso a construcciones en donde habitar la fe. En torno al año 971, la condesa Ermengarda, esposa del conde de Cerdaña y de Besalú, Oliba de sobrenombre “el Cabreta”, daba a luz al tercero de sus hijos que sería bautizado con el mismo nombre de su padre. Bisnieto de Guifré el Pilós, pertenecía a la familia que dominaba la mayor parte de la Marca Hispánica, los condados de Urgell, Cerdaña, Besalú, Osona, Manresa, Gerona y Barcelona. La formación del joven Oliba habría tenido lugar en el monasterio de Ripoll. Probablemente por influencia de su tío, el obispo y conde Miró II Bonfill, y de su amigo el Dux de Venecia Pedro Urséol retirado a monje en el monasterio de Cuixà, Oliba adquirió el convencimiento para vestir los hábitos. En el 1002 ingresaba en el monasterio de Ripoll mientras que al año siguiente renunciaría al cargo condal de Berga y Ripoll para repartir el condado y sus bienes personales entre sus hermanos y diversos monasterios. En el 1008 era elegido abad de los monasterios de Santa María de Ripoll y de Sant Miquel de Cuixà, dos de los más importantes en su época. Hombre que combinaba idealismo y praxis, la vida de Oliba transcurriría como un compromiso con la paz y la justicia posible en un contexto de abusos y luchas entre nobles. Reflejo de una vida a caballo de un Pirineo que el ancestral vivir de sus gentes ha tenido siempre más por cordillera de unión que de separación, procuró imponer a ambos lados la concordia hasta lograr establecer la institución “Pau i Treva” (“Paz y Tregua) o “Treva de Déu” (“Tregua de Dios”). También consiguió establecer un respeto por la “sagrera”, la zona alrededor de un punto sacro que se constituía en refugio a respetar frente a la acción de la violencia.
A las obligaciones de Oliba como abad se uniría en el 1.018 una de nueva: la de obispo de Vic. Entonces fijó su atención en una peculiar zona de la nueva diócesis y que a la vez dependía del monasterio de Ripoll: la montaña de Montserrat, de una sacralidad inmemorial. ¿Su objetivo? Fundar en ella un nuevo cenobio, un priorato del que él mismo sería superior. Montserrat tenía ya un monasterio en sus laderas: Santa Cecilia. La montaña, tras ser reconquistada a los musulmanes, había sido donada en alodio a Ripoll en el 888 y en el 933 por los condes Guifré el Pilós y Sunyer respectivamente. No obstante, hacia el 950, Cesari, un peculiar y enigmático personaje que pretendía ser también arzobispo de Tarragona, obtuvo de la condesa de Barcelona la donación de una parte del macizo donde fundar el citado monasterio de Santa Cecilia así como la posibilidad de anexión de algunas ermitas, entre ellas una dedicada a Santa María, a “Nuestra Señora”. Oliba hace que Ripoll reclame sus derechos sobre Montserrat y reivindique la propiedad de la montaña. Sin embargo, de forma sorprendente, no pleiteó por el monasterio de Santa Cecilia. El lugar del interés del abad Oliba era otro: el preciso y exacto lugar en el que ya se veneraba a la Madre: la ermita de Santa María.
LA LEYENDA
Según la leyenda, en el año 880, un sábado al anochecer, unos pastorcillos divisaron sorprendidos cómo sobre la montaña de Montserrat una luz descendía del cielo entre una suave melodía. Al sábado siguiente volvieron con sus padres y tuvieron la misma visión. Avisado el obispo, fueron con él al lugar y por cuatro sábados consecutivos experimentaron lo mismo. Apercibidos de hacia donde la luz dirigía su resplandor, llegaron a aquel punto. Allí, en el silencio (“silencio”, cuya raíz es la misma que isil, “secreto” en vasco, el mismo nombre de Isis), en la secreta oscuridad de una cueva, hallaron la imagen de una Virgen Negra. De una Virgen Negra. Intentaron llevársela pero - como tantas veces se atribuye a una imagen encontrada - les fue imposible. Maia es el lugar, la tierra misma. Una leyenda. Una leyenda que, para ser leyenda, aporta un dato tan preciso como el año del suceso: ¿el año de la recuperación de una antigua imagen puesta a salvo de los musulmanes iconoclastas? En esa zona que la leyenda cita, en la inmediación del punto esotérico de la cueva, en la ermita de Sta. María, decidió Oliba establecer su cenobio.
También una leyenda narra la existencia de una devoción anclada en la noche de los tiempos en el monasterio de Ripoll: los musulmanes en su avance habían destruido el antiguo culto a Nuestra Señora. Años más tarde, Carlomagno, en su labor de reconquista, halló a cinco ancianos que de forma milagrosa habían conseguido preservar dicho culto. El emperador expresó su deseo de construir un monasterio pero sus obligaciones lo reclamaron a otros lugares, lo cual fue aprovechado por los sarracenos para lanzar una razia y asesinar a los cinco ancianos. Sin embargo, éstos habían logrado ocultar la venerada imagen de la Señora tras un muro. Ya bajo el mandato del conde Guifré el Pilós (Wifredo el Velloso), éste decidió construir el monasterio que el monarca proyectara, aunque no obstante nadie sabía del paradero de la imagen venerada. Una noche, el conde tuvo un extraño sueño: una dama de gran belleza se le apareció y le invitó a que la siguiera hasta unos acantilados para señalarle un muro que se confundía con el roquedo. Advirtió entonces el conde la presencia de un anciano que rezaba ante aquella pared. Se acercó y se percató de que era el mismísimo emperador Carlomagno. Éste le habló acerca de restaurar el antiguo culto del lugar. Guifré tomó como suya aquella voluntad, se comprometió en la búsqueda de la imagen oculta y expresó la intención de que, en caso de encontrarla, regalaría a la Virgen María la más valiosa de las joyas que pudiera encargar. ­Guiado por el pasaje onírico, recorrió con la ayuda de los monjes del nuevo cenobio las cercanías de Ripoll hasta hallar los acantilados que la dama le mostrara. Allí estaba el muro ante el que había visto rezar a Carlomagno. Al acercarse, la pared se desplomó para descubrir la entrada a una cueva y, en ella, la imagen que parecía aguardarlos. El hijo del conde – Radulf - que luego vestiría los hábitos de monje en el monasterio, ofreció la joya prometida por su padre. Santa María de Ripoll constituye pues otro lugar de santidad desde antiguo, la Madre es allí venerada desde tiempos ancestrales, la misma Maya o Mari venerada en todo el occidente y que hoy todavía se conserva en el recuerdo de la mitología vasca. María. La Señora.
EL MONASTERIO DE CUIXÀ
Más al norte, en la vertiente gala de los Pirineos, en la falda del macizo del Canigó, el monasterio de Cuixà tiene su origen en las catastróficas inundaciones del río Tet que en el año 878 acabaron con el antiguo cenobio de Sant Andreu d’Eixalada. Al quedar éste destruido, la congregación se trasladó hacia un terreno propiedad de un monje, Protasio, que había levantado allí una celda monacal dedicada a San Germán. En el monasterio de Cuixà, se decía que en la cripta se guardaba algunas reliquias del escenario de la Natividad. La conocida como “Cripta del Pesebre”, cueva en el seno de la Madre Tierra, está bajo la advocación de la “Mare de Déu” (Madre de Dios). Tras las naves custodias dedicadas a los arcángeles Gabriel y Rafael se debe cruzar una puerta de grueso dintel para acceder al santuario. La cripta es un recinto de planta circular, en realidad anular debido al macizo pilar central que sostiene la vuelta de cañón del techo. Una sorprendente esfericidad en todo el ámbito semeja el útero materno. Allí se abre a levante una absidiola que alberga el altar de María, la Madre. El conjunto del monasterio está dedicado a San Miguel, el vencedor (aprehendedor) del dragón, de la serpiente que se estira sobre el terreno para conectar los puntos de santidad. La iglesia de Sant Miquel de Cuixà fue comenzada por el abad Ponç (muerto el 958) y continuada por el gran abad Garí que la consagró en el 975. El otro gran abad que les seguiría, Oliba, daría relevancia a unos puntos unidos en la distancia, unos puntos sagrados que presentan una especial característica. Un sutil y a la vez colosal detalle.
LA LINEA RECTA
Sant Miquel de Cuixà y Santa María de Ripoll - los dos monasterios de los que Oliba era abad - más Sta. María de Montserrat - el nuevo priorato fundado por él y del que sería superior - quedan unidos en la gran distancia por una sorprendente y precisa línea recta. Desde la vertiente norte de los Pirineos hasta el sur de la Marca Hispánica una larga senda completamente recta se extiende salvando montañas, collados, cursos de agua o barrancos. ¿Conocía el abad Oliba esa característica? ¿Fue una razón más para la decisión del obispo de Vic de establecerse en un lugar especialmente mágico de la sagrada montaña de Montserrat despreciando el ya existente y más desplazado cenobio de Santa Cecilia? Los tres puntos sagrados, los tres monasterios de Oliba, se alinean con total, con precisa exactitud salvando una enorme distancia de 120 kilómetros en línea recta. La vieja senda que Alfred Watkins rescató en Inglaterra de un olvido secular dándole el nombre de “ley”, une allí con trazos todavía perceptibles sobre la verde campiña británica los diversos puntos sagrados. Mudos testigos de un conocimiento anterior, los leys conforman la tela de araña que cubre el mundo: la línea que une el punto más oriental de Inglaterra (Ness Point en East Anglia) con el más occidental (Land´s End en Cornualles) a través de Avebury y Glastonbury, la que en el Pirineo enlaza las iglesias del valle de Boí (Erill - Boí - Taüll), las alineaciones que en Carnac de Bretaña apuntan al Mont-Saint Michel en Normandía, las líneas que se cruzan en Nazca, las sendas del dragón en China... Una cultura que un día cubrió el mundo y de la que hoy sólo podemos conjeturar sobre ella, un concepto místico, tal vez una corriente telúrica que sigue el curso de los alineamientos, una línea que une los antiguos santuarios cristianizados en nuestro mundo occidental: templos edificados en lugares de un carácter sagrado ya de antiguo, sobre cimas, en cuevas, en confluencias o emergencias de corrientes de agua..., unas zonas en las que se concentra una energía que un día rigió la tierra. El buen emplazamiento podía ser revelado, sino por conocimiento previo, sí por inspiración o revelación en base a algún hecho excepcional: la primitiva creencia de que los verdaderos centros sagrados podían localizarse por la interpretación de signos y portentos como la aparición de la Señora o de su imagen y por su resistencia imposible de dominar a ser trasladada a otro lugar. En definitiva lo que es lo mismo: la veneración del lugar en sí más que la veneración de la propia imagen. En tales alineaciones la figura de San Miguel, el vencedor del dragón, del conocimiento hermético, se hace presente. Aún en el tardío siglo XII encontramos referencias a la vieja línea recta. Así, Geoffrey de Montmouth situó la construcción de sendas rectas en Gran Bretaña durante el reinado del legendario rey Belinus:
“...convocó a todos los trabajadores de la isla y ordenó que se construyese con piedras y mortero un camino para los carros que debía abarcar toda la longitud de la isla, desde el mar de Cornualles hasta la costa de Caithness y que debía ir en línea recta de una ciudad a otra a lo largo de todo el trayecto. La calzada se construyó, así como otras dos que se cruzaban sobre ella en diagonal, siendo toda la red terreno sagrado. Quien allí penetrara, al igual que en una iglesia, estaría a salvo de ataques o detenciones, quedando, en consecuencia protegidos los viajeros que por ella se desplazasen.”
LA “CRUZ CELTA”
Oliba sentía la vocación monacal, se entregaba a la vida contemplativa cuando sus obligaciones se lo permitían. Era común en él pasarse un noche entera rezando para oficiar la misa a la mañana siguiente. ¿Fue una suerte de guía del destino su elección como abad de Cuixà y Ripoll y la posterior elección de Sta. María en Montserrat? ¿Se trató de una inspiración, de un quid divinum? ¿O fueron, en cambio, unas decisiones tomadas deliberadamente, conocedor el conde, abad y obispo de un saber oculto que un día se extendiera por todo el orbe? ¿Podemos creer que tan sólo se tratase de una simple casualidad? Se puede considerar a Oliba como a un hombre santo en la plena acepción de la palabra aun cuando la iglesia, en su peculiar interpretación de la santidad, ni siquiera lo ha beatificado. Era – según palabras del historiador Ramón d’Abadal - hombre bondadoso y prudente de carácter entero e incorruptible, dotado de un gran espíritu de devoción y de una gran sensibilidad. La virtud del gran abad - según su biógrafo, el padre Anselm M. Albareda – “transparentaba en todos sus actos y era vislumbrada por todos”. A menudo sus contemporáneos le tributaron elogiosos calificativos que no suelen darse en vida. Hombre venerado, al que se le llegaron a atribuir hechos milagrosos, podía haber recibido una suerte de iluminación, de clarividencia. Pero también hombre de profunda cultura, introductor de novedades arquitectónicas como la vuelta de cañón, la cúpula, las arcuaciones lombardas o los grandes campanarios, preocupado en aumentar el número - hasta triplicarlo - de los volúmenes de la biblioteca de su monasterio de Ripoll, habría accedido sin duda a muchos de los más profundos conocimientos de la época. El hijo de un conde y conde él mismo, descendiente de la familia más poderosa de un área que más tarde sería conocida por Catalunya Vella, educado desde la infancia en un monasterio para convertirse luego en monje, abad y obispo, podía conocer mucho o parte de una cultura, de una religión, de un saber que una vez había sido. Un elemento aparentemente marginal de la personalidad de Oliba nos puede aportar algo más de luz: su firma. Al nombre, más las letras EPS referentes a “obispo” sigue, al uso medieval, un símbolo: un círculo con una cruz en su interior y, en cada uno de los cuatro espacios que forman los brazos, un punto.
Este símbolo ancestral lo acostumbraban a usar los notarios del medioevo para hacer firmar a quien no sabía escribir, dejando un punto de los cuatro por hacer, para que lo pusiera el firmante. No es éste el caso, evidentemente, de Oliba. Encontramos el mismo símbolo en varias firmas del abad e incluso parece ser que lo lucía en su anillo, por lo que podemos colegir que se trataría de un signo que habría hecho suyo. Un signo interpretable como cristiano por la cruz pero que resulta portador de un mensaje de la más remota antigüedad: símbolos exactamente iguales están

representados en cerámicas ibéricas o petroglifos prehistóricos como los de San Isidro de Montes, en Pontevedra, o - sin los puntos – en grabados rupestres de sitios tan distantes y diversos como Alemania, el Atlas, la ladera de Jurán en la Isla del Hierro, en representaciones pictóricas tan aparentemente dispares como la de los Dogones en Mali, la de los indios lakotas o arapahoes en EE.UU. o la utilizada por los chamanes mayas, o bien como letra o ideografía en una de las tablillas de Glozel de una presumible edad mínima de 13.000 años, o sea perteneciente al período magdaleniense; un signo presente en una amplia geografía europea y atlántica. La cruz con el círculo, la cruz celta, es la ancestral simbología del Todo, del Mundo, símbolo solar, luz de vida, el Todo sin el cual nada existe. La luz. La misma que guió a los pastorcillos en la Santa Cueva de Montserrat o la luz interior que iluminó al abad para que la línea de su vida fuera como la que unía sus tres monasterios. El círculo del sol, el círculo del universo, el círculo de la Tierra, sin principio ni fin, y, dentro de él, la cruz que señala los cuatro puntos cardinales más los cuatro puntos interespaciales que encontramos en el caso del Abad Oliba. Ocho. El infinito, el número de la resurrección, de la justicia y del equilibrio, entre otros simbolismos atribuidos por la tradición esotérica.
En todo el norte de España y ámbito atlántico encontramos trisqueles y esvásticas como en este sarcófago de Lamiña, en el valle de Cabuérniga en el corazón de Cantabria. La cruz en el círculo la encontramos también en Galicia. Y en este punto encontramos una posible explicación del significado del símbolo. En la leyenda gallega de la torre de Breogán tenemos que desde ésta, Ith hijo de Breogán subió a lo alto de la torre hecha construir en la costa por su padre. Desde ella atisbó tierra al otro lado del mar, hacia el Norte. Pidió permiso a su padre para embarcarse hacia lo que sería Irlanda y donde se establecería. Breogán dio su consentimiento para organizar la expedición y le recomendó que su hijo hiciera el viaje montado en su caballo, sin apearse de él hasta que llegara, ya que “sólo así podría tener la certeza de volver a su tierra con facilidad” (¡?!). De Ith y sus gentes provendrían los irlandeses de hoy y de ahí las similitudes entre una y otra orilla atlántica. Pero lo que aquí nos interesa es lo que a continuación relata Leandro Carré Alvarellos en su libro “Las leyendas tradicionales gallegas” (Col. Austral, Espasa-Calpe, 1977): “Esta leyenda de Breogán, o Bregón, y su torre, situada en la antigua Brigantium, existe también en Irlanda. Pero, ¿es solamente una leyenda? En la peña del polvorín de Monte Alto, próxima a la torre, hay representado un grupo de hombre, mujeres y quizá niños o gentes del pueblo, en forma esquemática de cruces; algunas de estas cruces están dentro de círculos, ¿navíos? Y hay un hombre a caballo, ¿Ith, cuando va a embarcarse para la expedición? Desde luego, que aquello algo representa o algo recuerda a perpetuidad. La peña del polvorín es un monumento histórico, indudablemente.”
Es una interpretación más que posible: una representación esquemática de bajeles en un círculo. Se habla en el libro en cuestión de las embarcaciones gallegas a base de ramas y cuero. Representación esquemática si consideramos la forma fusiforme de una embarcación o lo comparamos con los curraghs irlandeses. Pero el equivalente galés a ambas embarcaciones atlánticas, el coracle, es precisamente redondo, como lo era el de los indios Dorset en América, nombre el de la tribu precisamente igual al de una región de la actual Inglaterra. Así es que la cruz puede representar al hombre y la cruz en el círculo, el hombre en el barco. Bien puede ser.
La evolución más que ruptura de la religión, la pervivencia en los albores del segundo milenio de arcanos saberes y creencias, constituye una pervivencia que encontramos también en una bella composición del monje Garcies de Cuixà, hagiógrafo de su contemporáneo Oliba, en la que – en una veneración a la naturaleza - volvemos a apreciar la conexión con el mundo antiguo :
“És aquest lloc, entremig de la partió d’Hispània i de la Gal.lia, en un replec i enfront del Canigó, muntanya de gran celebritat i anomenada. La vall on s’assenta s’estén llargament i per ella decorren les belles aigües del Litron, d’una suau cançó rodoladora. Déu ama aquesta bella solitud, voltada d’arbres antics de dies i de boscatges plens de religió. Diria hom que els àngels vaguen entremig dels troncs sota la pau de les altes brancades”.
(“Es este lugar, en la divisoria de Hispania y la Galia, en un rincón y frente al Canigó, montaña de gran celebridad y renombre. El valle donde se asienta se extiende a lo largo y por el corren las bellas aguas del Litrón, de una suave canción rodadora. Dios ama esta bella soledad, rodeada de árboles antiguos de días y de bosques llenos de religión. Se diría que los ángeles vagan entre los troncos bajo la paz de los altos ramajes.”)
Bosques “llenos de religión”. De religión. Es decir donde se oficiaba la liturgia al modo druidico. Estaba presente en el año mil la antigua sacralidad de los bosques.
APUNTE FINAL
Cabe destacar el caso de un monasterio muy cercano a la línea, tan cercano que incluso, de aceptar un pequeño margen de error, podríamos incluirlo en ella: Sant Martí del Canigó. Este monasterio, como Cuixà en la vertiente francesa del Pirineo, situado sobre un verdadero nido de águilas en la majestuosa montaña del Canigó, está a poco más de un kilómetro de distancia al este de la gran senda. Un kilómetro sobre 120. El abad Oliba intervino en la construcción y consagración de una abadía que recoge en su seno las advocaciones de Cuixà, Ripoll y Montserrat: la cripta, en contacto con la Madre Tierra, está dedicada a Sta. María, y en el primer piso del campanario se encuentra la capilla dedicada a San Miguel, potencia celestial dominadora de la serpiente, de la vieja senda recta.
Oliba pasaría los últimos años de su vida haciendo ejercicio de penitencia en el monasterio sobre el alto roquedo, sobre el “Quer” o “Car” sagrado desde la más remota antigüedad, el “Quer” o “Car” que nombra a puntos tan alejados entre sí como Carmona o Cardiff, Carnac en Bretaña o Karnak en Egipto, o los más cercanos Queralt o El Quer Foradat.
Desde la abadía de Sant Martí del Canigó, el abad Oliba podía contemplar el valle por el cual transcurre la gran línea recta que había constituido el eje de su vida. Una senda invisible. ¿Invisible también en sus días?

Martí Pié

lunes, 27 de octubre de 2008

AMBAR EN EL SOPLAO

(de "El Diario Montañés")

La primera predicción no era exagerada. Cuando hace unos meses se anunció el descubrimiento de un gran yacimiento de ámbar en una ladera del llamado Territorio Soplao (Cantabria) -junto a la cueva del mismo nombre- se apuntó la posibilidad de que el hallazgo fuera único en su especie y se convirtiera en el mejor «laboratorio mundial» para conocer cómo era la Tierra hace 110 millones de años.
Pasados los meses, los nuevos hallazgos en el ámbar del Soplao ratifican la idea del carácter excepcional y destacado del yacimiento. Así lo creen los investigadores que trabajan en él mismo. Y es que las piezas que van surgiendo son únicas y resaltan por su «cantidad, variedad y calidad», al incluir artrópodos.
El depósito de ámbar del Soplao data de hace 110 millones de años y corresponde al Cretácico inferior. Este tipo de yacimientos son escasos en el mundo, especialmente aquellos que contienen bioinclusiones (insectos o plantas atrapados), como es el caso del Territorio Soplao.
Hasta ahora sobresalían los descubrimientos hechos en Oriente Medio (Líbano, Israel y Jordania), al oeste de Francia, el sur de Inglaterra y en el noreste de España. Pero, a decir de los expertos, el ámbar obtenido en muchos de ellos no tiene inclusiones de artrópodos. Por ello, los investigadores dan como casi seguro que el yacimiento del Territorio Soplao se 'desmarque' durante 2009 de los dos que hasta la fecha estaban considerados como los más llamativos de España: Peñacerrada-Moraza (Álava) y Sant Just (Teruel).
Ámbar azul
Hasta ahora, las piezas más espectaculares halladas son las que contienen bioinclusiones y que se originaron en los troncos de los árboles. Se trata, según explican los científicos, de un ámbar de origen sub-aéreo, pero también se han encontrado piezas exudadas en otras partes de las plantas. Además, y por su gran interés gemológico, sobresale una pieza de gran tamaño de ámbar azul -probablemente formada en las raíces y con forma de riñón-. El ámbar azul es escaso y sólo se han localizado piezas similares en la República Dominicana, lo que da una clara idea de la singularidad de esa 'joya'. Un hecho que ya ha propiciado que muchos gemólogos se hayan interesado por la naturaleza del yacimiento.
Como consecuencia de las excavaciones que dirigen las dos investigadoras que descubrieron el yacimiento -las doctoras Idoia Rosales y María Najarro (investigadoras del Instituto Geológico y Minero de España-IGME), han ido apareciendo nuevas piezas, muchas de ellas únicas en el mundo. Durante la semana pasada y bajo la coordinación de las dos investigadoras, se ha continuado excavando en el yacimiento. En esta intervención han participado también tres investigadores de la Universidad de Barcelona -Xavier Delclòs, Carmen Soriano y Ricardo López, todos ellos especialistas en el ámbar de España. La actuación forma parte de un proyecto nacional financiado por el Ministerio de Ciencia a Innovación, en el que también participan otros investigadores españoles, franceses, italianos y americanos. Todos ellos se integrarán en el grupo multidisciplinar que procesará y estudiará los hallazgos de El Soplao.
'Nuevos pobladores'
Entre los «nuevos pobladores» brotados con las piezas de ámbar -de menos de 1 centímetro de longitud- hay arañas e insectos muy bien conservados. Destacan una 'mosca serpiente' perteneciente a una familia que se extinguió hace 65 millones de años; grupos de avispas y mosquitos; un ejemplar de una de las arañas tejedoras más antiguas del registro fósil.
Los investigadores sostienen que «la inusual abundancia y calidad de las bioinclusiones del ámbar del Soplao eleva al máximo las expectativas sobre el descubrimiento de nuevas especies que puedan dibujar, al detalle, la paleoecología de aquellos bosques. Y es que, el hecho de que en el Cretácico inferior coincidieran la diversificación y dispersión de insectos polinizadores con la aparición de las primeras plantas con flores, convierte a estos metros de talud de la cuneta de una carretera en la mejor radiografía de este momento evolutivo en España».

miércoles, 22 de octubre de 2008

EL MEJOR CHOCOLATE DEL MUNDO


Os queremos contar una leyenda. Leyenda que, como acostumbra a suceder, no deja de ser historia auténtica. Sucedió hace un par de semanas En tiempos de La Oca en el Océano. Vino un matrimonio que pidió tomar un chocolate con corroscones. Se lo preparamos y cuando se lo servimos, con un corazón dibujado en la superficie del chocolate espeso y humeante, nos dijeron que habían venido porque unos amigos suyos se lo habían recomendado y les habían dicho - atención - que En tiempos de La Oca en el Océano servíamos EL MEJOR CHOCOLATE DEL MUNDO. Nos quedamos anchos como las letras precedentes, en mayúsculas. Pero faltaba algo: que lo probaran ellos. Lo probaron y cuando volvimos a hablar, con las tazas limpísimas y los corroscones desaparecidos, nos dijeron que efectivamente sus amigos tenían razón: que servimos EL MEJOR CHOCOLATE DEL MUNDO. Nos quedamos todavía más anchos que antes, como si lo hubiesen dicho con letras más anchas. Y es que esto de que reconozcan tus desvelos es algo que siempre complace. Ya lo sabeis pues, no sabemos si en realidad hacemos el mejor chocolate pero sí podemos decir que si quereis tomar un buen chocolate (y un buen café, y un buen té, y una buena repostería, y etc.) no dejéis de venir En tiempos de La Oca en el Océano, en Ruente, en el Real Valle de Cabuérniga, en Cantabria. Hasta pronto.

lunes, 20 de octubre de 2008

UNA POESIA
















Un café litearte y una posada que os cuida.
¡No como les sucede a otros!


EL INUTIL DESAMPARADO

Las diez de la mañana,
vasta extensión del mantel,
platos, vasos y sobras,
jarras en el anaquel.
Colillas en los platos,
el sol sobre la mesa,
la hora del desayuno,
está la mente espesa.
Mermelada y tostadas,
bocado en la cuchara,
los Kellog's en la taza,
el engullir se prepara.
Hojas de Karma-7,
de aceite una mancha,
la vajilla grasienta,
lo ocupado se ensancha.

Sin madre que le cuide..

Restos en los platos,
pringosa salsa aquélla,
Johny Walker en vaso,
vacía la botella.
El Capitán Frudesa,
dos gambas al ajillo,
la noche antes la cena,
ciruelas y membrillo.
Vasos y platos sucios,
acre olor a fritos,
leche Pascual en el brick,
los demonios y los mitos.
Desorden en la mierda,
las manzanas podridas,
mondarajas y migas,
las hogazas mordidas.

Sin madre que le cuide...

Piel de plátano y moscas,
oh, cuánto sitio falta,
mezcla en la cafetera,
café, achicoria y malta.
Agobio del espacio,
pereza tras el cenar,
infame caos colosal,
ahora el mal yantar.
Servilleta arrugada,
la explosión se prepara,
del espacio el agobio,
la mano se dispara.
El Ketchup por el suelo,
vorágine espantosa,
las sobras contra el cristal,
el gran furor acosa.

Sin madre que le cuide...

Al aire la leche Ato,
cereales cagaderos,
manchan la estancia aquella,
Choco-Smacks traicioneros.
Plato que va volando,
mahonesa que estalla,
ojos desorbitados,
el hambre que se acalla.
De alta tensión los cables,
los pájaros sobre ellos,
fijo miran la escena,
tras los vidrios aquellos.
Explosión de Duralex,
vuela, vuela revista,
torbellino de pasión,
la mesa está lista.

Sin madre que le cuide...
Ni esposa que resista.


Martí Pié. Primer premio, V Premio de poesía "Vila de Sant Boi". Ayto. de St. Boi de Llobregat (Barcelona)

sábado, 26 de julio de 2008


SOBRE LA FUENTONA DE RUENTE, EN CANTABRIA.
Dice la leyenda que una anjana habita las profundidades de La Fuentona en Ruente y que se complace en cortar el agua a su antojo. En efecto La Fuentona es un manantial intermitente pero con una característica singular: el agua se ve cortada sin ninguna causa aparente. Se trata de un enigma indescifrado por el momento, tan sólo teorías tan válidas o menos válidas que la leyenda de la anjana justifican el hecho de que deje de fluir durante unas horas. Las últimas interrupciones de que tenemos constancia tuvieron lugar en septiembre de 1991 y en invierno de 1996, sin perjuicio de que pudiera haber de posteriores. Y desde luego de anteriores, ya los romanos citaron al parecer la existencia de tal fuente. En un siglo hay documentadas una docena de intermitencias ocurridas independientemente de ser tiempo lluvioso o sequía, de avenidas o de estiaje.
Adjuntamos un texto encontrado en internet, en la página
"216.239.59.104/search?q=cache:RhfgUS_T0MMJ:exploraciones.galeon.com/amigos1796057.
html+ruente+PESCA+fuentona&hl=es&ct=clnk&cd=4&gl=es"
, la cual citamos.
Se ha estimado que hayan podido llegar a 20 a lo largo de la centuria,incluyendo algunas no detectadas, ocurridas a lo largo de la noche. Este fenómeno geológico,catalogado de Interés Geológico Nacional por el IGME, ha merecido la candidatura a sertitular de las Fuentes Tamáricas descritas por Plinio en el Siglo I D.C., e inspirado abundantesleyendas populares, narraciones literarias, invitaciones al turismo y evocaciones poéticas desdetiempos antiguos hasta nuestros días, manteniendo su interés etno-geológico. Con las aguas deesta cueva se movieron viejos batanes y molinos harineros, piscifactorías de trucha y una de las primeras centrales hidroeléctricas de Cantabria; hoy día sigue siendo útil, surtiendo de agua potable a varias poblaciones de la cuenca del Saja..

INTRODUCCIONEn el año 1991, ocasión en que la Fuentona dejó de manar, se omitió publicar la referenciapor la escasa aportación que suponía al recuento de las intermitencias registradas. La últimaparada de esta abundante fuente -más podríase llamar río si juzgásemos su caudal y olvidáramoslos pocos cientos de metros que recorre hasta abocar al Saja- que ha tenido lugar el mes de marzode 1996 me ha sugerido retomar ya de nuevo este fenómeno hidrogeológico y etnográficoexcepcional para actualizar la estadística de paradas documentadas hasta el momento actual, ycomo resumen de lo publicado con anterioridad.El interesante fenómeno, que ha dado fama y misterio a esta cavidad y al pueblo en que seasienta, consiste en que el manantial que en ella nace, con flujo regular que puede oscilar entrevarios metros cúbicos por segundo en avenida y varios cientos en estiajes medios,repentinamente deja de manar por un tiempo que oscila entre algunos minutos y varias horas, yal cabo vuelven a surgir sus aguas con el mismo caudal anterior. Desde hace siglo y medio laFuentona de Ruente ha sido puesta en relación con la Fuentes Tamáricas de las que Pliniodescribió la intermitencia y la mala suerte que producía el llegar a verlas y encontrarlas sin agua.La relación de los abundantes topónimos españoles que contienen la expresión "Tamar..." con corrientes de agua, algunas de ellas procedentes de fuentes intermitentes, nos hace pensar en laposibilidad de que los estudios sobre la cita del geógrafo romano no se deban dar por cerrados.Fuente inspiradora de argumentos literarios, son destacables por la belleza o construcción los escritos de Manuel Llano -a la altura de toda su obra- y de Juan Sierra Pando.Su interés espeleológico se despertó a raíz de la larga parada que tuvo 1990, abordándose su estudio desde la Sección de Espeleología Sautuola de Santander y los equipos de estudiosos del entorno del Museo de Prehistoria y Arqueología de Santander.
RELACION DE ULTIMAS PARADAS:Con ocasión de haber ocurrido un nuevo capítulo en las intermitencias, a finales del inviernodel recién concluido año 1996, pareció oportuno añadir a la escasa casuística existente las nuevasocasiones en que el manantial de Ruente se quedó sin agua. Hace esta última el número doce delas documentadas o relatadas oralmente, por los vecinos, en lo que va de siglo, a cuatro años desu final; es probable que el número sea, sin embargo superior, pues desde 1970 hemos registradosiete paradas, aunque sin perioricidad regular, que ofrecen una media aproximada de una paradacada siete años; se ha comprobado, tanto por los seguimientos personales como por los artículosde prensa, que algunas ocasiones pasan desapercibidas y que en otros casos los vecinos olvidanlas fechas concretas, salvo cuando tienen varias horas de duración o se genera mayor animaciónen la pesca de truchas que quedan en seco sobre las piedras del cauce.El registrar y publicar en detalle todas las paradas se dirige a un objetivo sencillo ya abordadocon anterioridad, pero que necesita más datos para su resolución: Correlacionar las paradas conlas incidencias meteorológicas, tales como pluviometría y puesta en carga de los acuíferos, nievey desnieve, régimen de vientos, etc. Si el fenómeno de la intermitencia sigue manteniéndose yestá en relación con alguno de estos factores mencionados, se podrán dilucidar en el futuro lasincógnitas que hoy se nos plantean en torno al curioso mecanismo de intermitencia deperiodicidad y duración caprichosas, así como la cuenca de captación y otras cuestiones al estilo.Siguen los datos de las tres últimas secas, incluyendo algunos comentarios periodísticos queresultan muy ilustrativos. Se da también la relación del resto de paradas que hemos podidodocumentar hasta la actualidad.Domingo 17 de Marzo de 1996: El comentarista de prensa informa que se paró entre las cinco ylas seis de la tarde, saliendo de bares y casas los vecinos del lugar para asistir al espectáculo yhacer acopio de truchas que se quedaban en seco sobre las piedras. A las seis de la tarde el aguabrotó de nuevo, recuperando el gran caudal que llevaba anteriormente, muy crecida, lo mismoque el Saja. Catalogada como Punto de Interés Geológico (L.C., 1996).28 de Octubre de 1995: La Fuentona estuvo parada entre las once y cuarto y las 12 de lamañana (L.C., 1996).VIERNES, 20 de Septiembre de 1991. La prensa local recogió la noticia, que por lo escueta ylos datos que aporta, reproducimos a continuación."El flujo de La Fuentona de Ruente quedó bruscamente interrumpido en la tarde de ayerpor espacio de dos horas, tras lo cual se reanudó normalmente. Este hecho geológico, quepudiera deberse a la existencia de un sistema sifónico en la cueva donde nace el manantial, nose registraba desde enero de 1970. De haberse prolongado más de cinco horas este extrañofenómeno, por el que queda seco el cauce de la Fuentona, los municipios de Cabezón de la Sal yRuente hubieran quedado sin suministro de agua potable, dado que sus redes de captación estánconectadas a este manantial.A las 15.30 horas de ayer, los vecinos de Ruente pudieron comprobar una imagen de laFuentona que no se producía desde hace 21 años. El repentino corte del flujo de agua, levantóuna inusitada espectación entre los habitantes de esta localidad. Hasta que a las 17.30 horas novolvió a salir el agua de la Cueva de la Fuentona, aparecieron en el cauce completamente secodel manantial unas 30 truchas muertas por asfixia.Algunos vecinos penetraron en la cavidad de la Fuentona para intentar averiguar lascausas de esta repentina sequedad. La propietaria del restaurante La Nogalea señaló que "es unfenómeno cíclico que ningún geólogo sabe a ciencia cierta por qué se produce". Minutos antesde brotar de nuevo el flujo de agua, una de las personas que se adentraron en la cueva dijo a losvecinos: "Suena como si quisiera volver a salir otra vez".Catalogada como punto de Interés Geológico en el Instituto Nacional del IGME, laFuentona de Ruente es una surgencia natural por la que desagua un karst subterráneodesarrollado en rocas carbonatadas de edad jurásica." (DE LA PEÑA, 1991).PARADAS PREVIASMartes, 26 de Septiembre de 1978. Hacia la 01 H de la madrugada el ruido de la toma de aguasalertó a los vecinos de una parada que duró unos 20 minutos (Información oral).Miércoles, 28 de Abril de 1971. Por casualidad, un vecino detecta la parada a las 02 AM. Semantiene parada más de tres horas (SIERRA, 1971)Martes, 28 de Abril de 1970. Parada de treinta minutos (LEON GARCIA y GONZALEZCALDERON, 1973), (GONZALEZ BEDOYA, 1971).Martes, 20 de Enero de 1970. Se para a las 8,30 AM durante cinco horas, con gran caudal, estimado en 2000 l/s (LEON GARCIA y GONZALEZ CALDERON, 1973), (ALERTA, 1970).1950. Se recuerda que este año se quedó seco el sector difuso del manantial (Noticia oral).1936. Primera de las paradas recordadas entre los vecinos actuales de Ruente (Noticia oral).
MENCIONES HISTORICAS Y ESTUDIOS SOBRE LA FUENTONA1845-50. El diccionario de Madoz recoge, en el epígrafe Ruente, que en este pueblo "... correnlas aguas de un arroyo que se forma de las de una fuente que nace en la población con talabundancia que sin dificultad supera a las que dan origen al caudaloso Ebro; esta fuente tienela particularidad de secarse por períodos de 1/2. 1 ó 2 horas, volviendo luego a brotar con lamisma fuerza de ordinario." (MADOZ, 1845-50).1864. Amalio Maestre recoge la cita de la Fuentona, a la que describe como "...una fuente deesquisita calidad y sumamente abundante que tiene además la particularidad de serintermitente; fenómeno que se tiene observado desde una antigüedad muy remota." (MAESTRE,1864).1867. Manuel Assas, conocedor de varias fuentes intermitentes, algunas de ellas próximas ayacimientos romanos, se inclina por la Fuentona de Ruente a la hora de atribuirles las FontesTamarici descritas por Plinio (ASSAS, 1867).1962. Se publican las excavaciones realizadas en Velilla de Guardo (Palencia) en las que losautores atribuyen a la fuente de La Reana las Fuentes Tamáricas que desde antiguo algunoseruditos habían atribuido a La Fuentona de Ruente (GARCIA BELLIDO y FERNANDEZ DEAVILES, 1962). No obstante, la lectura de este trabajo indica que parten del apriorismo desuponer que el nombre de Tamáricas lo adquiría la fuente de La Reana por encontrarse dentro delterritorio de los tamáricos, no contemplando la posibilidad, entre otras, por ejemplo, de que eltérmino "tamarici" sea un topónimo genérico que corresponda precisamente a un carácterintermitente de las fuentes. De hecho hay documentadas otras fuentes intermitentes en territorioespañol; la de Tamarit coincide que además de ser intermitente la acompaña un nombre de raízcoincidente con Tamáricas -topónimo muy sugestivo, pues no es probable la mera casualidad-;hay otras en Frías, la citada de La Reana y la Fuentona de Ruente. A la luz de los estudiosrealizados por los arqueólogos no es aceptable la atribución incondicional de la Reana a lasFuentes Tamáricas, ni por su descripción ni por los indicios arqueológicos; se ha utilizado unsilogismo demasiado simplificado y sin ninguna discusión crítica, a pesar de la autoridad de losexcavadores .1968. Al parecer, hacia este año realizó tinciones la empresa Sniace en el río Saja y pudieron serdetectadas sus trazas en la Fuentona. El autor de la información establece una relación entre laaparición de los trazadores y que el grueso del caudal proceda del Saja, hecho que no concuerdacon las observaciones y mediciones realizadas en otros casos ni con las respuestas directas dadaspor los técnicos de Sniace (RUIZ TAMES, 1985).1969. Estudio geológico de la hoja 1:50.000 Nº 57, (Cabezón de la Sal) del IGME, quecorresponde al Valle de Cabuérniga (SANCHEZ ALONSO et alii, 1969).1972. La Sección de Espeleología Sautuola realiza investigaciones y bucea el sifón de la Fuentona: 60 m horizontales. Se publican unas notas geológicas sobre el origen de La Fuentona(LEON GARCIA y GOMEZ CALDERON, 1973).1977. El Kendall Caving Club bucea de nuevo la cavidad, aproximadamente dentro de loslímites explorados anteriormente por la SESS (KENDALL CAVING CLUB, 1978).1978-1981. Revisión de campo e investigaciones del autor. Se testean las características(temperaturas, oscilaciones de caudal, régimen de turbidez) del Río Saja y de la Fuentona,llegando a la conclusión de que las aguas de ambos caudales no concuerdan en la mayor parte delas situaciones; ello contradice abiertamente el tradicional origen atribuido simplemente a lasaguas de la Fuentona en un sumidero del Saja; sin negar que éste alimente parcialmente el nivelfreático del valle, debe haber otros orígenes adicionales importantes (FERNANDEZ ACEBO,1986). Las indagaciones realizadas cerca de Sniace, que había realizado aforos y estudios, no nosaportaron ningún dato sobre la Fuentona, sigilo incomprensible si no fuera porque obtenían aguapara la factoría y había demanda de agua potable en la comarca. Tampoco a los análisis químicosy bacteriológicos, que consultamos en Diputación, daban abundantes nitritos y coliformes ydeclaraban no potable al agua de La Fuentona, se les atribuyó excesiva credibilidad al no conocerlos pormenores de la toma de muestras y sabiendo de otros casos en que manantiales con fuertecontaminación biológica habían sido declarados potables por la conveniencia “política” derealizar las obras de captación en determinado lugar y no en otro.1984: Debido al ruinoso estado de las instalaciones del nacimiento del manantial, tras realizarselos estudios de 1978-1981 se emite informe al Ayuntamiento de Ruente sugiriendo larecuperación estética del entorno, que sería abordado en años posteriores (FERNANDEZACEBO, 1984).1985. En Octubre, se lleva a cabo desde la SESS y un equipo de colaboradores santanderinos unnuevo buceo de La Fuentona, avanzando verticalmente un reconocimiento que se concluye porlas cuchillas de las paredes y la angostura de la galería tras unos sesenta metros horizontales yuna decena escasa en profundidad (S.E.S.S., 1985).En el mes de diciembre varias notas en la prensa se refieren a que los estudios realizados(unas pruebas colorimétricas realizadas semanas antes y otras de 1968) apuntan a que el agua dela Fuentona procedería del Saja (RUIZ TAMES, 1985), (CAMPUZANO, 1985).No obstante, es necesario aclarar que, por un lado, los técnicos de Sniace no afirmaron talextremo en su momento cuando el autor indagaba esos extremos y que, por otro, como se hadicho, la diferencia de temperaturas entre la Fuentona y el Saja no concuerda con la que lainercia de la trayectoria subterránea habría de condicionar.1986. En el mes de Diciembre, con más recursos técnicos, el equipo coordinado desde la SESSaborda un nuevo intento y los mismos buceadores realizan una inmersión desde el final del tramoaéreo ya conocido. Tampoco se avanzó en profundidad más allá de cotas anteriores. Sin plano realizado de la cavidad y sin que los buceadores desarrollaran una descripción minuciosa de lo explorado o algún reportaje fotográfico, puede decirse que tras cuatro inmersiones el estado delconocimiento morfológico de la cavidad se mantiene en la misma situación que en la primera,realizada en 1971 (FERNANDEZ ACEBO, 1986).

miércoles, 9 de julio de 2008

Queremos aquí adjuntar una información encontrada en http://irlandairlanda.wordpress.com/2008/07/08/mito-celta-%e2%80%93-el-dios-ogma-cara-de-sol-1%c2%ba-parte/
una página muy interesante que habla de las similitudes entre las culturas del arco atlántico. Y más interesante todavía si cabe nos ha parecido poder reflejar aquí el nombre de Oghma, porque aquí encontramos, en el nombre del dios Sol el nombre "oc" ("Oghma" es una forma de escribir la pronunciación "Ocma" u "Ogma" u "Okma"... El nombre de Occidente, del País de Oc, del Ocaso, etc...
Aquí va el artículo en cuestión:

Mito Celta – El Dios Ogma /Cara de Sol (1º Parte)Julio 8, 2008 — irlandairlanda

Ogma, para abreviar, entre otros. Es un polifacético Dios que recibe todos los epítetos arriba mencionados. En la Irlanda pagana celta es denominado “Ogma Grian-ainech” que vendría a traducirse como “el de la faz solar” o “cara de sol”.
Su evolución como Dios pan-céltico podría ser la siguiente:Hijo de Elada, nombre que significa composición poética, y de El Dagdah, sus hermanos fueron Brigit, Oengus Mac Og, Mider y Bodb El Rojo, entre los más conocidos. Tenía por compañera a “Ethan”, hija ésta del Dios de la Medicina Diancecht y tuvo varios hijos, el más renombrado fue “Cairdre”o “Cairpré” que se convirtió en bardo de los Tuatha dé Danann y posteriormente en el bardo universal de tribus galas y bretonas. Otro de sus hijos, Tuirenn, tuvo a su vez tres hijos, Brian, Iuchar e Iuchurba, los cuales asesinaron a Cian, hijo de Diancecht y padre del dios sol, Lugh, por lo que fueron castigados a pagar la mayor multa de sangre jamás impuesta. Debieron conseguir los mayores tesoros del Mundo conocido.
Considerado entre los celtas insulares como un Dios primordial, lazo entre los propios dioses y los humanos. Dios de la elocuencia y del aprendizaje y curiosamente una de las deidades preferidas por los druidas. En la mitología irlandesa, con el nombre “Oghma” representa al campeón divino, un dios que ha convertido la guerra en su profesión. Es una divinidad destacada entre los “Tuatha”. Es su campeón y en sus peleas contra los dioses oscuros fomorianos, de la cual lleva una tercera parte, acentúa su derrota con los ánimos que infunde y sus gestas, apoderándose en la segunda batalla de Magh Tuireadh de la propia espada, llamada Orna, del rey-dios fomoriano “Tethra”. Dicha espada, apuntaré como curiosidad, que podía hablar y recitar sus actos valerosos. También viaja junto a El Dagda y Lugh, para recuperar el arpa mágica del primero robada por los fomorianos. Es también el inventor del alfabeto y escritura Ogham, lo cual ya le concede un atavismo obvio y primordial.
Como deidad mágica tanto por la escritura, como por la palabra, en Oghma la palabra es encantamiento y nombrando una cosa, ya contribuye a crearla. La simbología en su función con los Tuatha, está bien presente en Oghma, siendo el dios de la palabra y elocuencia con cuya habilidad llevaba a los guerreros a la batalla y los enardecía en el combate. Representa la fuerza de esa palabra, su principal y concluyente categoría y la cuidadosa conservación por los druidas, para quienes, como ya sabemos, el lenguaje encerraba una fuerza nutritiva inmejorable y de la cual eran entusiastas guardianes, pues consideraban que ese esoterismo, era demasiado importante para darlo a conocer a cualquiera.
La importancia primordial de esta divinidad entre los celtas insulares, entre guerreros y druidas, nos llega corroborado por los escritos anteriores, recopilados por los monjes cristianos de la Edad Media.

Y aquí añadimos a colación del nombre de "Oc" nuestra poesía:
En tiempos de la Oca,
en el Océano,
al Occidente
de Oc, de Europa, de Cantabria,
donde la cueva Oclusa vela,
Ocurre en el confín de Amaya,
que Apolo Occiduo el dios anhela,
en el Ocaso que nunca halla,
y en la Ocasión que el día quiso,
el carro del Sol Ocultar,
y tras de Isis el velo Occiso,
su eterno renacer Ocupar.

Para el Óculo,
en un momento de Ocio,
un poema ad h Oc.

lunes, 9 de junio de 2008

www.laocaeneloceano.es
en tiempos de LA OCA EN EL OCEANO
en RUENTE,
en REAL VALLE DE CABUERNIGA,
en CANTABRIA

EL REAL VALLE DE CABUERNIGA
¿POR QUE CABUERNIGA SE LLAMA CABUERNIGA?
En un escrito de 978 del Cartulario de Covarrubias se puede leer "In Kaornega, illo monasterio Sancti Fructuosi que vocintant illa Mina". La cita a la población de La Miña (o "Lamiña", la más antigua del municipio de Ruente) nos permite saber el nombre del valle en la Alta Edad Media: "Caor Nega". Luego, por deformación derivó al actual "Cabuérniga". Hasta ahí la historia. Pero si analizamos este nombre que nos brinda el Cartulario podemos tratar de rastrear su etimología. "Caor" es lo mismo que "Car" o "Quer", o con "k" si se quiere. Palabra de origen prehistórico que hace referencia a la parte prominente (de ahí "cara") y por extensión a la piedra, a la roca, al punto elevado, a una altura rocosa y, como extensión, a "ciudad" o más propiamente "establecimiento", pues en sobre la roca o lugar prominente se levantaba el hábitat. La palabra "car" hunde sus raíces en la profundidad del tiempo y da nombre a sitios como Carnac en Bretaña, Caermarthen en Gales, Cornualles en Inglaterra, El Quer Foradat en el Pirineo catalán, Cabuérniga o Garabandal en Cantabria y Carmona en Cabuérniga. También Karnak en Egipto. Las vocal muta de "a" a "o" (o aparecen las dos conjuntas) o a "e". Es un fenómeno muy frecuente en toda observación filológica. La segunda parte del nombre: "Nega" (o "Niga") lo encontramos de forma repetida en topónimos como los señalados "Car-nac", "Kar-nak", "Cor-nualles" (o "Cor-nwall" en inglés) junto con el topónimo "Car". "Nega" a solas lo encontramos en la localización de "Noega", "Noya", "Noja", parece ser que también "Noriega", etc... Y en todos estos nombres hay algo en común: una leyenda que les vincula con la llegada de Noé, el patriarca que se salvó del Diluvio. O los que se salvaron del Diluvio, en plural. En América, los nahuas se consideran supervivientes de una gran inundación que sepultó en el Océano a su patria original. También los inuits tienen una leyenda que narra como algunos pocos se salvaron del Diluvio. La misma palabra: nahua, inuit, Noé, Noega... Noega hace referencia concretamente - según la leyenda - a una nieta de Noé. Noega es pues "relativa a Noé". Cabuérniga, Kaor Nega, puede bien ser pues "la población (el establecimiento, la ciudad) de la de Noé". En Cabuérniga, en sitios elevados como atestiguan los menhires de Sejos o las estructuras tumulares de la Braña de la Haya (Carmona) y de la Braña del Pozo (Valle), se habrían establecido algún día los supervivientes de la gran inundación que acabó con la cultura de las maravillosas pinturas de Altamira, El Castillo, Chufín, El Pendo, Covalanas, El Pindal, etc... Tuvieron buen cuidado de levantar su nuevos hábitats en lugar encaramado: no fuese a caerles el cielo sobre su cabezas otra vez. ¿POR QUÉ EL VALLE ES "REAL"?
El valle de Cabuérniga o Caórnega estuvo bajo la dominación de la casa de Mendoza-de la Vega, punto confirmado por sentencia real de Juan II en el año 1444. Este dominio señorial sobre tierras habitadas por gentes de behetría dio lugar en 1544 a un pleito que se entabló en 1544 y que se conoce como el "pleito de los Valles" pues comprometía a Cabuérniga junto con los otros valles de las Asturias de Santillana. Dicho pleito no sería resuelto hasta 1581 y en tal resolución se reconocía el realengo de estas zonas. Quedaban bajo el rango superior del rey en detrimento de su vasallaje anterior.
OTRA VERTIENTE DEL MITO: NUESTRA POSADA Y CAFE LITEARTE
¿POR QUÉ EL NOMBRE DE “EN TIEMPOS DE LA OCA EN EL OCEANO”?
En tiempos de La Oca en el Océano son tiempos que nos lega el pasado y nos ofrece el presente. Tiempos hoy en los que La Oca flota, nada y vuela sobre el Océano de la vida. Tiempos ayer aquellos en los que la Oca sobrevivió cuando la gran isla en medio del Océano se hundió para luego renacer la vida cuando las aguas se retiraron. La relación con el sol, a quien Dios mandó dibujar el Arco en el cielo tras el Diluvio, hace que la Oca represente el nexo de unión con los tiempos de la fascinante cultura que hoy podemos contemplar en Altamira o El Castillo. La Oca sobrevive al Diluvio y se la asocia al sol. La Oca es símbolo de vida y protección. La cultura celta tenía a la Oca como un símbolo sagrado, era mensajera del Otro Mundo. En el antiguo Egipto, la Oca era un animal vinculado a nacimiento y muerte. Las ocas son las aves que vuelan entre el cielo y la tierra manteniendo un nexo de unión entre ambos. Para cofradías y hermandades medievales la pata de la oca era un símbolo hermético referente de la Tríada: como el Tridente de Poseidón - dios de la Atlántida - o el símbolo semejante de la Vieira, la Concha del Peregrino, del Camino de Santiago que precisamente atraviesa nuestros lares, el Camino de las Estrellas que sigue la ruta hacia tierras un dia emergidas. Siguiendo la dirección del camino de Santiago y prolongándolo en línea recta, éste llega a un punto al norte de las Azores. Bien puede suceder que el camino de Santiago, hacia el Oeste, se vea impulsado también por un recuerdo inconsciente de las tierras regidas por quien tenía como símbolo el tridente. En el Océano, en Occidente, en el país de Oc, la realeza adopta el símbolo de la flor de lys. Como el “Algiz” cuyos tres brazos alzados representan al hombre exultante, a la victoria. La Trinidad. La Divinidad.
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domingo, 8 de junio de 2008

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Una Posada
Una Tienda
Un Café Litearte
En tiempos de LA OCA EN EL OCEANO
La mitología en el Valle de Cabuérniga

Una cosa podemos asegurar:
"La Oca en el Océano" no es una posada cualquiera.

sábado, 24 de mayo de 2008

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De néctares y ambrosías.
De libros y artes.
De mitos y leyendas.

En el Valle de Cabuérniga (Cantabria).

sábado, 9 de febrero de 2008

Mitología atlántica. GLASTONBURY


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GLASTONBURY Historia y mito En tiempos de La Oca en el Océano
Martí Pié

Al oeste de Inglaterra, en el condado de Somerset, asentada en la bucólica campiña con un pasado escondido entre las brumas de mitos y leyendas, la pequeña ciudad de Glastonbury constituye uno de los centros místicos más importantes del mundo. Allí, historia y fantasía se mezclan de forma inextricable. Según William de Malmesbury, el cristianismo de los primeros tiempos estableció en la que se consideraría como Jerusalén de Occidente la iglesia más antigua de Inglaterra (que no de Gran Bretaña, puesto que ésta se estableció en Cardiff, en Gales). El precario primer templo erigido en Glastonbury tendría su continuidad en el monasterio cuyas ruinas podemos contemplar hoy en día. Ya los druidas celtas recogían una antigua tradición por la que se consideraba el lugar como sagrado y lo relacionaban con la tradición del Otromundo, Al decir del autor del s. XII Caradoc de Llancarvan, recibía el nombre de Ineswitrin. Este autor, en su obra Vida de San Gildas, lo latiniza convirtiéndolo en Glastonia y en una nota añadida (tal vez por otro autor) explica que el nombre británico era Ynisgutrin, “isla de Cristal”, que los anglo-sajones establecidos allí habían traducido en su día como “Glastigberi” para pasar a denominarse a sí mismos Glæstingas, “pueblo de Glastonia”, nombre del cual derivaría la forma común en el s.VIII Glastinga ieg, “isla de Glastingas”. En realidad lo “de cristal” responde a una equivocación: el nombre original latinizado contenía en realidad la palabra céltica “glas” pero referida al glasto, no al cristal. El glasto era una hierba sagrada de especial relevancia en las ceremonias religiosas de los britanos. El antiguo Glastonbury se habría denominado pues Ynysglas, con lo que corresponde a “isla de glasto” o “donde el glasto crece”. La traducción pues habría sido hecha a la inversa – del inglés al gaélico - con la intención de reconstruir la palabra originaria ya por aquel entonces en el olvido y, en un precipitado error de deducción, confundiéndose el “glas” gaélico con el “glass” inglés, o sea, “glasto” con “cristal”. Más formas del topónimo aparecen en un poema conocido como The spoils of Annwfn que describe una expedición liderada por el rey Arturo con la intención de hacerse con el caldero mágico custodiado por nueve doncellas en la ciudad fortaleza de Annwfn denominada también con otros varios nombres. Se cita Caersiddi y Caerwydr: “ciudad (etimológicamente “piedra”) de las hadas” - “de cristal (de wydr-vidrio)”. Entre la mayor parte de la intelectualidad británica no se duda de que la etimología de Glastonbury se debe a “glass” o sea “vidrio” o “cristal”, pero están en un error que me permito poner de manifiesto y revelar la correcta etimología, derivada de la venerada planta tintórea.
EL Tor de Glastonbury destaca en su orografía por constituir una notable excepción en el suave paisaje del Brue Valley: en un punto, inopinadamente, elrelieve cambia para levantarse de repente en un singular y sorpresivomontículo: el Tor. Rodeado de un halo de misterio, la cúspide coronadapor una solitaria torre de estilo normando llega a alcanzar los 159 m.de altitud. Allí, en excavaciones realizadas a principio de siglo, sehallaron restos de hábitat prehistórico y del antiguo establecimientomonástico de St Michael on the Tor. La destacada elevación del terrenopone al menos un punto de duda en su consideración de simple colina: deforma ovalada, con suaves gradientes que lo rodean y le confieren unaenigmática forma escalonada, con una leyenda que habla de un mundo ensu interior, consagrada la edificación en su cúspide a San Miguel, conla tradición que lo asocia a la figura del dragón así como a la del ReyArturo y a la mítica isla de Avalon o al Santo Grial, ¿podría tratarsede un túmulo artificial como, entre otros, el vecino de Silbury Hill enAvebury? Su aureola de lugar mágico se adentra en la antigüedad másremota, en la oscuridad de la prehistoria. Su nombre enlaza con otraszonas de la Europa occidental 6. Desde la cúspide del Tor, denominado“Templo de las Estrellas” por una antigua tradición, se divisa toda laextensión del pueblo y un paisaje que, como veremos, oculta un conjuntomístico interrelacionado entre sí a través de una densa trama denarraciones legendarias. Glastonbury se asocia con Annwfn, la míticaciudad, el Avalon en el cual nueve doncellas custodian el caldero mágicode la Sabiduría entre un legado de tesoros ocultos. El Annwfn galés era el reino del cual era señor Gwyn ap Nudd, rey de las hadas. Según la mitología, Gwynn era monarca en el interior del Tor. Enel siglo VI, en los albores de la Edad Media, se narra un encuentro conSan Collen, un eremita cristiano establecido en la sagrada cima del Tor.El santo habría escuchado una conversación en la que dos hombreshablaban acerca de que el rey Gwynn tenía su morada en un palaciosituado en el mismo Tor. San Collen les reprendió: según él, hablaban dedemonios. Los dos hombres le contravinieron y le advirtieron que Gwynnno estaría de acuerdo con que se refiriera a él en esos términos yvendría a su encuentro. Pasó un tiempo hasta que, un día, alguien fue aver a Collen para invitarle a visitar al rey Gwyn. El santo rechazó portres veces la propuesta, pero al fin, ante la insistencia, accedió. Noobstante, en previsión de los peligros que le pudieran acechar, tuvo laidea de llevarse consigo un frasco con agua bendita. Lo escondió bajo elhábito y siguió al mensajero. Entraron en el interior de la montaña poruna puerta secreta, inadvertida para el común de los mortales. Una vezdentro, el invitado comprobó que se hallaban en un maravilloso palacio.Franquearon la entrada de una de las salas de aquel mundo subterráneo yallí estaba Gwyn, sentado en un trono de oro. El rey dio la bienvenida aCollen y, mostrándole una gran mesa preparada con los más suculentosmanjares, le ofreció el participar de ellos. El santo sin embargo,desconfiado, los rechazó. Había oído hablar acerca de la comida de las hadas: quién de ella participaba, se convertía en monstruo condenado avagar eternamente por la Tierra. Ante la insistencia de su anfitrión,Collen, preso por el temor, sacó entonces el frasco que llevaba debajo del hábito y aspergió el contenido a su alrededor. De pronto, el palaciose desvaneció. El santo se encontró tendido en la fría soledad de lacima del Tor...Gwyn ap Nudd había sido en origen un dios - Gwynn, hijo de Nudd -relegado seguramente a rey clandestino por el cristianismo, el cual,como se aprecia en la historia de San Collen y conforme al excluyenteideario monoteísta, no le otorga simpatía alguna.Gwynn y las hadas vuelven a aparecer en el cuento artúrico de la cazadel gran jabalí Twrch Trwyth, en el conjunto de la identificación delrey Arturo con Glastonbury, y del Tor con la isla de Avalon. En suHistory of the Kings of Britain, del siglo XII, Geoffrey de Monmouthdice que el Rey Arturo, mortalmente herido en su postrer batalla deCamlann, fue llevado a la Isla de Avalon para ser sanado de sus heridas.Según Gerald de Gales y Gervasio de Tilbury, que a su vez recogen las leyendas locales, habría sido llevado allí por Morgan le Fay lahechicera y - según Chrétien de Troyes - hermana. Allí, nueve hadasle habrían curado las heridas. Y allí, en Avalon - según se cita -, a sualrededor, enormes gigantes aguardaban ocultos.

EL REY ARTURO .- La identificación de Glastonbury con la isla de Avalon condujo a losmonjes a buscar en el año 1191 la tumba del rey Arturo. Hallaron através de visiones y ciertas indicaciones en viejos manuscritos - al decir de Gerald de Gales - los restos mortales del legendario rey asícomo, a su lado, los de la reina Ginebra. También indica el mismo Geraldde Gales que fue el rey Enrique II quien puso a los monjes sobre la pista definitiva. Pero tal vez este hecho respondiera a oscurospropósitos: el rey Enrique tenía por aquellos tiempos serios problemascon los galeses, los antiguos habitantes britanos ahora confinados enlos valles occidentales a los que intentaba definitivamente someter. Enrealidad, parece ser que Arturo había sido un rey bretón que en el sigloVI obtuvo señaladas victorias contra los anglo-sajones y al cual lostiempos posteriores, principalmente bajo-medievales, le rodearon de laaureola mítica y caballeresca con la que ha llegado hasta nuestros días.Corría el rumor entre los galeses de que Arturo - en base a una leyendaen la que se decía que no había muerto - volvería para liberar Gales delyugo inglés. Los monjes se sumaron a la masiva moda del hallazgo dereliquias en toda la cristiandad y se ajustaron a las conveniencias delmonarca con tal de demostrar al amenazante pueblo galés que su míticorey estaba definitivamente muerto y sus restos reposando en la abadía deGlastonbury, en Inglaterra. Podría ser ésta la intención. Aunque tambiénes cierto que otra importante línea de la tradición había situadosiempre en Glastonbury (antes la misma Britania que ahora se dividíanGales e Inglaterra) el cuerpo sepulto de Arturo. Autores como LeslieAlcock, en su libro Arthur’s Britain, defienden esa tesis y laautenticidad de los restos enterrados en la abadía. Toda la tierra deGlastonbury presenta una relación con el ciclo artúrico. Así, la colinaque se dibuja en la lejanía - Cadbury Hill - se dice que es el sitioexacto donde estuvo enclavada la mítica capital del rey Arturo y suscaballeros: Camelot. La boscosa colina de Chalice Hill, al lado del Tor,tiene en su base el pozo del cáliz (Chalice Well), el pozo sacro en cuyointerior se encuentra el Santo Grial traído por José de Arimatea,crístico equivalente de la era de Piscis al más antiguo Caldero de laSabiduría céltico, la mística vasija de la luz y el conocimiento que había sido desde la noche de los tiempos la suprema causa de santidad.
Representada en el Chalice Well se encuentra una de las formas básicas de la geometría sagrada y representación de la era crística: la proporción creada con la intersección de dos círculos de la cual resulta la denominada como Vésica Piscis. De Camelot, los caballeros del rey partían en busca del Santo Grial;aparentemente una paradoja: una larga peregrinación, una búsquedainiciática que, tras recorrer un largo camino en pos delperfeccionamiento, volvía por las sendas del laberinto a la misma tierrade Camelot, a Glastonbury, al antiguo Templo de las Estrellas donde elCielo está en la Tierra y donde los ocultos gigantes aguardan. Unpaisaje oculto sobre la tierra para el que pasarían muchos siglos antesde mostrarse a ojos que pudiesen comprender.

EL PAISAJE OCULTO .- En 1929 sucedió algo que abrió una luz a esa comprensión: KathrynMaltwood, en su libro A guide to Glastonbury’s Temple of the Stars,reveló un sorprendente descubrimiento acerca de la zona de Glastonbury ypueblos vecinos. Se hallaba en una colina desde la cual divisaba toda lacampiña cuando tuvo una suerte de revelación; en un momento, todo eloculto paisaje se mostró ante sus ojos. Siguiendo los pliegues naturalesdel terreno, cursos de agua, caminos ancestrales, las High Street (ocalle principal) de las poblaciones, taludes, terraplenes, vio dibujadoslos doce signos del zodiaco dentro de una vasta área de unas diez millasde diámetro. Comprendió entonces Maltwood la leyenda que hacíareferencia a gigantes ocultos en el paisaje. El conjunto del Templo delas Estrellas, el santuario celestial, mostraba su significado: alparecer, diseñadas por una antigua y desparecida cultura, siguiendo laequivalencia hermética entre lo superior y lo inferior, cada figurazodiacal sobre la Tierra se correspondía con su constelación en el Cieloocupando su lugar bajo ella. Kathryn Maltwood se ocupó de tomarfotografías aéreas que le confirmaron en su apreciación. Semejante a lalejana Nazca peruana que el mundo occidental descubriría años después,era desde el aire la única manera de apreciar los dibujos en sutotalidad. Los gigantes del zodiaco se representan en el paisajesiguiendo las antiguas formaciones del terreno, englobando aldeas ypueblos enteros o gran parte de ellos, como la población de Somertonsituada en “una pata” de Leo, o la pequeña ciudad de Street que ocupa“cabeza y cuello” de Aries. Sin duda debido al natural conservadurismode los británicos y a su preservación de su patrimonio, y quién sabe sí(como creía Maltwood) al cuidado de unos monjes conocedores de laantigua sabiduría, han llegado hasta nosotros las inmemoriales líneasque en otros lugares han desaparecido. En este gigantesco conjuntozodiacal, el Tor de Glastonbury se encontraría situado dentro del signocorrespondiente a Acuario aunque no esté representado por escanciador deagua alguno sino por el Ave Fénix con sus alas extendidas, símboloacuariano que renace de sus cenizas para restablecer la luz delespíritu. Entre los signos de Acuario y Piscis se encuentra la iglesia.Fuera del círculo del zodiaco se encuentra otra figura adicional:tendido en el suelo y con el hocico formado por el túmulo artificial dearcilla roja de Burrow Mump, está el gigantesco Perro de Langport: elguardián del Templo de las Estrellas, representación en la tierra de la constelación del Can Mayor cuya estrella principal es la venerada Sirio. El descubrimiento de Kathryn Maltwood parece tener un antecedente. Afinales del siglo XVI, el matemático y cartógrafo - además de mago,astrólogo y alquimista - John Dee 13 habría sido ya conocedor de laexistencia de la representación de los signos del zodiaco sobre el suelode Somerset. Un suelo que, tomando Glastonbury como eje, se veatravesado además por multitud de líneas rectas que unen lugaressagrados. Una de ellas es especialmente destacable por unir el punto másoriental de Inglaterra con el más occidental: Ness Point en Lowestoft,East Anglia, y Land’s End en Cornualles. Glastonbury: un paisaje entre la realidad y la fantasía. Una vez al año,en los días del solsticio de verano, sobreviene una extraña ydesconcertante mutación: la bucólica y apacible campiña se traslada, en un viaje imposible y sin embargo real, a la sobresaltada y ruidosa campiña, también - eso sí - inglesa. Un multitudinario festival de estridencia rock hace perceptibles en el espíritu menos sensible las vibraciones del lugar, vibraciones en el sentido más prosaico del término. La lastimosa transfiguración de un emplazamiento mágico.
© Martí Pié

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miércoles, 30 de enero de 2008

Ruente. Rutas por Cantabria.

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Yendo hacia Ruente desde el norte debemos pasar por Cabezón de la Sal, pueblo que debe su nombre a la sal que allí se extraía ya en tiempos del imperio romano. Hace unos pocos años se ha levantado un poblado cántabro de la edad antigua construido con ajustados criterios arqueológicos. No queremos pasar por alto a la entrada de Cabezón de la Sal, al lado del Ayuntamiento, una casa inclinada con un cartel que reza: “Blancos de la Nava”, se refiere a los vinos blancos y se trata de una antigua bodega bajo la que se hundió el terreno debido a la disolución salina del subsuelo, no se la pierdan, es una delicia con todo el carácter del mundo. Es como la Torre de Pisa pero en cántabro. Atravesamos Cabezón de la Sal y su via estrecha de ferrocarril y nos dirigimos hacia el Valle de Cabuérniga, en dirección Reinosa. A tres kilómetros encontramos Carrejo, pueblo donde se hospedó Nicole Kidman durante el rodaje de la película "Los Otros". Pero en Carrejo más importancia que la Nicolasa la tiene la Mariuca: un genuino bar cántabro donde tomar un blanquín y lo que terciarse pueda. Siguiendo el camino, la carretera cruza el Saja y se adentra en la angosta Hoz de Santa Lucía. Tras este paso se abre, espléndido, el Real Valle de Cabuérniga. A la izquierda podemos llegarnos a Ucieda a tomar otros blanquines en los no menos genuinos y acogedores bares que allí podemos encontrar. Vueltos a la carretera ya sólo nos queda enfilar la larguísima recta que lleva a Ruente. Si se han tomado todos los blanquines indicados puede suceder que ésta sea de peaje y que no se vea tan recta, pero palabra que lo es. En ella se encontrará el viajero “En tiempos de la Oca en el Océano”, a la misma entrada de Ruente.
Tan a la entrada que incluso en el mismo jardín tenemos el cartel del pueblo.
Ruente destaca por su puente romano (¿o es románico?) de nueve ojos y por la famosa Fuentona que atraviesa y cuyas profundidades habita la Anjana. La Oca en el Océano está al lado mismo del manantial. Desde el jardín, La Oca puede disfrutar del agua que corre a encontrarse con su hermano el rio Saja.
Más allá de La Oca en el Océano, sorteando o cayendo en las múltiples tentaciones gastronómicas que iran apareciendo, atravesamos Ruente y nos adentramos en el valle para encontrar en el mismo municipio las hermosas casonas de Barcenillas y, en lo alto, Lamiña, el núcleo habitado más antiguo. Atravesado el rio Saja, el viajero entra en el municipio que toma el nombre del valle: Cabuérniga, compuesto por las localidades de Sopeña (donde nació el escritor Manuel Llano), Valle, Terán, Selores, Renedo, Viaña, Llendemozó y Fresneda. Y Carmona. La singular y bella Carmona, al otro lado de la collada de aéreas vistas, bebe las aguas del valle contiguo, las del Nansa. En la parte alta del Saja se abre el municipio de Los Tojos. Ascendiendo la montaña se encontrará el viajero toponimias como El Tojo, Saja, Correpoco y el conjunto histórico-artístico de Bárcena Mayor, amén del propio Los Tojos y el muy encumbrado Colsa.
En la parte alta del valle se abre la maravillosa reserva del Saja. Al final de ésta, el puerto de Palombera es el acceso a Campoo donde el paisaje cambia, el verde se matiza y los espacios se expanden.

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